La crisis de la Estrategia Digital en Chile ha sido centro de debate
por diferentes analistas y partes interesadas. Durante las últimas
semanas han aparecido nuevos artículos y columnas con diagnósticos y opiniones sobre los motivos de la paralización de la estrategia digital,
que ya hoy muy pocos discuten. Como en muchos momentos de crisis, tal
vez ésta sea una oportunidad que podamos aprovechar como sociedad y país
para repensar lo andado, observar lo que otros países han avanzado y
planificar cómo continuar.
Como mencionábamos en nuestra columna anterior, la Estrategia Digital actual está basada en el documento escrito durante el gobierno de la presidenta Bachelet “Estrategia
Digital 2007-2012” en el que se establecían los cimientos del camino
que el gobierno de Chile debía recorrer para lograr“un uso más profundo e
intensivo de las tecnologías de información y comunicaciones por parte de los ciudadanos, empresas y el propio Estado”.
En el mismo documento, se reconocía que los objetivos de la Estrategia Digital sólo se podrían lograr con el aporte del sector público, el privado y la sociedad Chilena en su conjunto. Para
nadie es sorpresa que el actual gobierno ha tenido como un objetivo
importante limitar el papel del sector público y otorgar al sector
privado el desarrollar, y lucrar, sectores estratégicos para la sociedad
civil como la educación y la salud.
Es indudable que si la Estrategia Digital hubiera sido progresada con interés por el actual gobierno, tal como lo planteaba su programa de campaña, su centro de acción hubiera caído, con seguridad, en manos del sector privado y los grupos de interés asociados a él.
El uso de tecnologías libres en una estrategia digital puede ser el
ingrediente que se requiere para que la participación de los sectores
público privado y la sociedad estén correctamente representados cuando
se ejecuten políticas del sector. Así parece haberlo entendido Brasil,
cuando Lula de Silva declaró en la FISL10 (foro internacional de
software libre) que “entre comer lo que preparábamos o comer lo que
Microsoft quería que comiéramos felizmente decidimos por la libertad”.
Que un presidente haga un discurso dentro de un foro de software
libre sólo muestra qué tan estratégico Brasil considera el software
libre para sus planes de inclusión digital. Más aún, la célebre
frase de su discurso no es simplemente una declaración de intenciones
sino una parte central de la política digital en el Brasil.
El proyecto “Casa Brasil”,
una especie de hiper telecentro, provee en un solo lugar de un
telecentro, biblioteca comunal, servicios bancarios, auditorio comunal y
servicios del gobierno a lo largo de Brasil en los lugares donde más se requiere de inclusión digital. Todos los servicios ofrecidos en la casa Brasil hacen uso extenso de software libre.
Ejemplos de una Estrategia Digital con activo progreso y apoyada por el Software Libre no paran en Brasil sino que se multiplican hoy en el mundo entero con ejemplos notables en Perú, Uruguay, Argentina y España por
mencionar algunos pocos casos notables. ¿Qué hace del Software Libre un
medio ideal para promover políticas de inclusión digital?
No sólo el Software Libre representa una mejor metodología para producir soluciones de calidad, sino que también provee de herramientas y soluciones con igualdad de oportunidades para todos los actores de la sociedad
y con barreras de entrada muy inferiores a similares productos
propietarios que van a posibilitar una activa participación de la
industria del software nacional, tanto para las pequeñas y medianas
empresas como para las grandes por igual.
Tal vez esta crisis representa la oportunidad para relanzar
la Estrategia Digital de Chile basada en las ventajas y oportunidades de
la tecnología libre y apoyada por la sociedad civil en lugar
de algunas pocas empresas multinacionales importantes. Es un llamado que
hoy hacen desde todos los rincones aquellos que nos preocupamos de que
Chile no se quede atrás de la economía del conocimiento.