domingo, agosto 26, 2012

Un buen negocio para Chile

Cada vez que un país se ha atrevido a inclinar sus preferencias de estándares de software por soluciones libres, representantes de empresas relacionadas al Software propietario y grupos de presión o cabildeo denuncian a través de los medios que ese sería el fin de la industria nacional del Software.

Chile no ha sido la excepción en este sentido, en una columna anterior recordábamos como en medio de la crisis “subprime” en noviembre del 2008, la Cámara de Diputados aprobó una indicación presupuestaria que hubiera obligado al Estado chileno a evaluar y preferir el software libre frente a las soluciones propietarias, lo que ayudaría a ahorrar importantes recursos fiscales en un período crítico, sin embargo el “lobby” de la industria de software propietario logró que el ministro Bitar, (de OOPP de la época) alineara a los diputados para rechazar la indicación.

En el año 2009 el MOP pagó 1.676 millones de pesos por licencias de Software, el costo para todo el estado de Chile muchas veces mayor, ¿pero por qué se insiste en seguir pagando por arriendo de licencias propietarias sin siquiera evaluar una alternativa de mejor calidad y precio como el software libre?.

En un comunicado de la época, la ACTI emitió un comunicado sobre la indicación presupuestaria donde decía “esta indicación daña a la industria local de software ya existente, resta agilidad a la contratación pública de software; viola el principio de neutralidad tecnológica del estado y resta competitividad y dinamismo al desarrollo tecnológico de Chile”.

El mañido argumento de daño de la industria nacional es absolutamente falso, la gran mayoría de los ingresos por pagos de licenciamiento de software propietario va a engrosar las arcas de grandes multinacionales que en muy poco van a beneficiar a Chile.

La agilidad de la contratación pública posiblemente se refiere a que si la opción de comprar software en el aparato público se restringe a un producto, es seguro que la adjudicación va a ser muy rápida ya que no hay competencia, ¿pero será en el mejor interés de Chile?. 

Sobre el impacto al dinamismo del desarrollo tecnológico es un argumento totalmente retorcido, de hecho si las empresas nacionales de desarrollo pudieran proveer soluciones basadas en software libre, bajarían sus costos, puesto que no pagarían licencias ni herramientas de desarrollo, y tendrían mucha mayor productividad por tener disponibles recursos de entrenamiento y ayuda gratuita a través de Internet. Ni siquiera tendrían que incurrir en costos de capacitación porque en todas las universidades locales se enseñan las herramientas libres para el desarrollo de software.

Dejo para el final el argumento de la neutralidad tecnológica que solo puedo calificar como desfachatado. Parece que la ACTI no quiere que se afecte la neutralidad tecnológica que obliga a todos las empresas PYME de este país a comprar Microsoft Office para poder presentar propuestas en el Mercado Público, o que tenga que comprar computadores con Windows para tener el navegador que la misma PYME pueda subir una oferta al mercado público, porque no funciona sino con el navegador de Windows a pesar que menos del 20% de los usuarios de Chile lo utilizan, o que el SII exija también el mismo navegador de Microsoft para poder generar facturas
electrónicas.

Parece que hay interés en tener neutralidad siempre y cuando se escojan productos de las grandes empresas multinacionales del software propietario y que son miembros de la ACTI.

Cambiar esta situación y lograr una neutralidad tecnológica verdadera y que beneficie a Chile depende de que la estrategia digital pública se retome a la mayor brevedad y se privilegie la dirección dada al análisis del papel del software libre con participación de miembros relevantes de la industria y no solo por representantes de la industria de software propietario.

Retomar el camino de la economía del conocimiento apoyado por tecnologías libres puede ser un muy buen negocio para Chile.